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Foto del escritorGonzalo Escrig Molina

ChatGPT y el futuro de las universidades


El futuro está llamando a la puerta, especialmente a la de las universidades. Las Inteligencias Artificiales, principales protagonistas de gran parte de las películas de ciencia ficción, ya son una realidad en nuestro día a día. Desde Siri a Alexa, todos hemos utilizado estas herramientas tecnológicas para facilitarnos la vida y despreocuparnos de nuestras tareas y responsabilidades.


Según un estudio elaborador por IBM en 2019, a partir de una encuesta a casi mil alumnos españoles, 85,2% de los jóvenes están convencidos de que la IA está transformando el modo en el que trabajan y trabajarán los profesionales.


ChatGPT


Una de las Inteligencias artificiales más famosas y populares es ChatGPT. Este algoritmo, diseñado por la empresa OpenAI está especialmente preparado para mantener conversaciones extensas con los seres humanos a través de mensajes de texto de una gran precisión.


De hecho, las respuestas de esta IA son tan precisas que es capaz de desarrollar respuestas de varios párrafos al instante con un lenguaje natural con información exacta, verídica y sin plagio alguno. Hay quién dice que podría incluso acabar con el buscador de Google.

Esto abre un abanico de posibilidades en el mundo académico, especialmente a los alumnos. Esto significa que, ahora mismo, un estudiante puede pedirle al chat una redacción de 1.000 palabras libres de plagio sobre cualquier tema, y en cuestión de segundos tenerlo listo para enviar.


Mike Sharples, asesor de los campus británicos, ha asegurado en una entrevista a LA VANGUARDIA, que: “los estudiantes están empoderados y los profesores no pueden garantizar que el estudiante sea el autor de ese ensayo”.


Pánico en las universidades


El pánico por el uso de inteligencias artificiales en las universidades e instituciones académicas es cada vez mayor, especialmente por el proceso de comprobación de plagio. Turnitin, uno de los softwares más importantes para la detección de plagio en el mundo académico, ha asegurado que su programa es capaz de detectar el empleo de ChatGPT aunque su CEO, Chris Caren, ha afirmado que están trabajando en nuevas actualizaciones para ser más eficaces.


Por su parte, OpenAI ha informado de que se está preparando un prototipo de marca de agua para acompañar a los textos copiados del chat para informar a los lectores del texto su procedencia.


Además, los editores de miles de revistas científicas han prohibido o restringido el empleo por parte de sus colaboradores de la IA ante la preocupación de que pueda salpicar la calidad académica con investigaciones erróneas e incluso falsas.


Repensando la educación


Para Juan José Bas Portero, vicedecano de Comunicación Audiovisual de la Universidad CEU Cardenal Herrera, el uso de la Inteligencia Artificial en el ámbito académico es uno de los temas más comentados dentro del círculo universitario. Según el licenciado en Ciencias de la Información por el CEU-San Pablo, “el mal uso de dicha herramienta puede ser contraproducente y plantea una cuestión de carácter ético”.

Anunciación Ramírez Queralt, Vicedecana de Periodismo en Universidad CEU Cardenal Herrera, ha calificado, durante una conversación con el periódico, de “reto para el profesorado” el uso de estas herramientas. A su juicio, es cuestión de tiempo que se establezca la prohibición del empleo de este tipo de softwares en el campo académico porque, “en un trabajo no solo se valora el contenido, sino el proceso de elaboración y las competencias adquiridas durante el proceso”.


Daniel Suskind, autor del libro 'El futuro de las profesiones', afirma en su cuenta de Twitter que "si los docentes no están repensando radicalmente cómo hacen su trabajo -en cualquier nivel educativo-, no están prestando suficiente atención a la IA. Parece probable que los trabajos para llevar a casa sean algo inviable dentro de una década”.


Es por ello que parece evidente que el profesorado debe estar dispuesto a plantear los trabajos y exámenes de forma tal que el alumno tenga que utilizar su capacidad de análisis crítico para diferenciar su respuesta de una formulada por IA.


La perfección no existe


Aunque la nueva versión del chatbot es más transparente que la original, todavía tiene muchos errores que la alejan de ser perfecta. Según admite John Shulman, científico de OpenAI: “Hemos logrado algunos avances en ese problema, pero está lejos de estar resuelto”. Y es que, a pesar de todas la mejoras, la IA sigue inventándose datos hasta el punto de admitir, si se le pregunta si la información dada es verídica, que no está seguro.

A esto hay que sumarle el intensivo uso que se le da al chat por parte de los usuarios de internet y que ha llevado a sus servidores a colapsar más de una vez durante el último mes. Ya es común recibir respuestas como “Network error”, “Too many requests” o “Internal server error” nada más acceder al chat.


Al final debemos recordar que la tecnología está evolucionando constantemente, y las inteligencias artificiales todavía están en un largo proceso de evolución y mejora. Es evidente que los resultados de algunas de ellas son asombrosos, pero siempre debemos verificar y comprobar la información antes de usarla. Sobre todo si no queremos sacar un cero en nuestro trabajo. Como dice Ramírez, “una máquina, por perfecta que sea, nunca podrá alcanzar el nivel del razonamiento humano”.

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